Un sentimiento de vacío añejo.

Te echo la culpa de mi cielo estrellado
Rebalsado de ilusiones y anhelos.
De cada lágrima y recelo.
De mi soledad y mi deseo.
De este sentimiento tan amado y detestado
Contaría los minutos en los que pudiera soportar
Ver las cosas en su lugar,
En donde nacen y en dónde acaban.
Que ese tic toc deje de sonar
Y yo pueda contar, como antes, los besos que te daba.
Te echo la culpa de todo lo que me pasa.
De cada sonrisa y cada suspiro,
De mi tacita vacía y mis manos tan sin sentido.
De esta espera hermosa y la prisa de quererte.
Te diría tan dulcemente todo lo que podría lograr
Con solo volver a verte.
Que te quedes para siempre,
Que me nombres como quieras,
Pero que jamás me dejes.

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