Musa

Pensando en mi regreso,
¿A quién le importará ver un ángel de la noche y un ángel del día?
Cuando con la nieve se esfume y se pierda,
cuando la musa se despierta y dicen que vuela.
Que es una mujer que camina, y que no basta
ser poeta de corazón para enamorarla.
Por si no la vuelvo a ver, dicen,
le diré ahora "te quiero tanto".
Una canción, o diez o millones le han escrito,
como yo, pensándote, ellos a ella.
Le han puesto nombres, como Romina y María,
como Julia y Magdalena.
Con brazos de sol la han confundido,
mientras aquí otro domingo sin sol
en la sombra del agua se refleja con fuerza.
Hay algo que te quiero decir, comienzan todos
con un miedo indescriptible, que amarte así es,
desesperante, que después de ti, se acaba mi mundo
y comienzan mis penas.
No hace falta que lo digas, que tú lo digas, pues tu "no"
me destrozaría.
No sé vivir sin ti, lloran muchos mientras en árboles,
hombres sin salida tallan en un árbol un simple "te extraño".
Yo nunca me iré de aquí, juró uno, pues pensándote,
amiga mía, he aprendido el color de la vida.
Aprendiz de tu luz, de tu risa soy
porque aquello que me diste, no ha dejado solo
un corazón partio, en pedazos.
Porque aprendí a transformarme, cuando nadie me ve,
cuando nadie se atreve a molestarme,
en un alma que va al aire para intentar alcanzarte.
Eres mía, aunque todos te deseen,
pues yo...qué no te daría yo? si cuando tu me miras
siempre es de noche, pero se hace el día.
Te pediría, si volvieras, que toques para mí,
esa música de tu voz...
Ella solitaria, como siempre lo fue, y yo sin ti.
Dime qué es lo que siente tu corazón,
tan misterioso, tan lleno de matiz.

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