Tomé lo que era mío, Dios me lo había dado, ¿cómo dejarlo escapar? ¿Quién va a discutirme que fue un ángel que se apropió de mi vida?.
Fue él quien puso nombres a mis sonrisas y contó los latidos de mi corazón.
Me hacía volar tanto como el día de hoy. Juro que tiene alas, yo las vi naciendo hermosas de su espalda.
Existió un momento en que no quise ver. Como una mortal tenía miedo…miedo de morir.
Me había equivocado tantas veces pero sabía que era él. El era mi vida e iba a hacerme feliz..
A su lado el tiempo se estancaba en el olvido, porque él lo ocupaba todo con su luz.
Le encanta ver cómo cambia mi rostro cuando él habla. Soy como cerámica, el me moldea así como ayuda a trazar una línea en el suelo de mi vida.
Me pregunto Dios si no te has equivocado. Me dejaste aquí un ángel… Un ángel de besos de cielo, de esos que cambian de color y se tiñen de azules y rosados o naranjas en atardeceres, llegan a ser rojos y vuelven a convertirse en besos de aire para nacer una y otra vez..
Un ángel de palabras llenas de magia como si fuesen sacadas de un cuento de hadas y otros más…
Que se acercó con cierto temor y se entregó por completo en una aventura sin fin.
Tallémonos el corazón si es posible, para permanecer unidos a través del tiempo y cuando caminemos me sientas como hoy…
Escribamos en nuestros dedos cada deseo y que se lean a través del tacto y que solo interpretemos un ángel y yo.
Sonríe una vez más para que esos ojos vuelvan a brillar.
Sonrisa indescriptible me hace creer que esto no es cierto. Dime que sí. Que dejé de ser una soñadora y que allí está él.
Que existe esa promesa de amor, de volver y volvernos a amar.
Me pregunto Dios, sino te has equivocado y mandaste un ángel para enamorarme.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario