Mi abril

Buscaba indicios de quehaceres llenos de motivos,
Espiaba entre caminos cubiertos de adoquines
Para encontrar el secreto de estos ruidos sinsentido.

Emanaba este cielo incandescente unas chispas de anhelo,
Mis sueños nublados, rebalsados de desastres naturales,
Me despertaban en madrugada mezclados con el brillo de tus ojos abismales.

Esos motivos desconocidos llevaban tu pulsera,
Eran rastros que paso a paso fue dejando tu voz azucarada,
En aquel camino que siempre olía a eucaliptos y a agua de mar caracolada.

Respiré un día cubriéndome con tu abrazo abanderado,
Los motivos adoptaron nombre y apellido sin pedirme tiempo ni permiso,
Todos los caminos se me hicieron uno cuando tu mano jugó con la mía a ciertos juegos adictivos.

Estos ruidos miedosos se escondieron para darle paso a tu respiro imbatible,
Las migajas de viejos apegos se deshicieron frente a este amor tan sublime,
Se sintieron insignificantes por la dulzura de miles de besos hermosamente compartidos, vivaces como alelíes.

Raising hopes

Being away hurts, sounds deeply inside like a conscious beating.
Repeats over and over the last kiss, the last hug.
Little moments steal my time without blame,
Ocupy my thoughts, that's you there all over.
Spend my day making wishes like a little child raising hopes,
just to hold on you, kiss you forever,
watch you fall asleep, hear you breath,
make you breakfast, love you day by day.

Memory of you

I remeber everything, it seems I had asked for futher details.
Was your voice dazzling me,
the play of your fingers around my tiny hands,
the sound of your heartbeat comming together with mine,
each thing in a lovely hug.
Were your eyes, the move of your eyelashes keeping the rhythm,
Were the heat of your arms holding me tight,
making me feel so safe, full of tenderness.
We were under the stars, staring at the night,
hearing the softness of a warm breeze,
Gazing at each other while sharing kisses and smiles.
I remember you in details as everything went along until today.

Al corriente

Si dejo de seguir una corriente de trizas,
formar un camino hecho desde su único principio,
quizá, me deje caer con una pizca de tranquilidad.

Caer en una plenitud, donde no oiga reclamos, ni retos,
sólo tu risa haciendo eco.

Si viviera sin ese peso, que me detiene el paso,insufrible,
junto a una ciudad húmeda que sigue esa corriente...

La misma corriente de tantos silencios,
de tantos deseos incumplidos, ahora,
cubierta de ansia de estar contigo.

Caer en un sosiego, ese mismo de sentir tu abrazo,
cálido, puntual y extraordinario,
que produce infinitos suspiros profundos,
que llenan el pecho y el corazón.

Dejaría cada corriente, rearmaría cada camino,
inundaría mi vida con tu presencia a mi lado,
cada noche y cada amanecer.

Contingencia

Es el cuerpo tan pequeño para tanto sentimiento.
No es intuición, ni pretexto.
Es una balada que fluye dentro.
No es ser presa sin intención,
es convertirse en habitante de lago de leones,
sentir un cosquilleo por imágenes, muchas de tu boca.
Es mi cuerpo con tu nombre, ya perdido al río.
No es “aquí paz y después gloria”
Es vivir con mal de montaña,
un ahogo por tu distancia,
una esperanza por tu dulzura.
Es amarte por deleite.
Ahora y como asignatura pendiente.

Puertas adentro

Afuera estoy, dónde se siente el viento, el susurro de una noche en vela, el compás del canto de grillos.
De a momentos, tan sólo de a ratos, me engaña cada sentido contándome que estás conmigo.
Afuera estoy, de vos, de nosotros, porque esto no tiene nombre, los besos que nos damos sólo existen en un solo tiempo, en un solo estado…puertas adentro.
De a momentos lo que siento es pura felicidad, exclusiva de tu mirada fija en mi, de tu manera de aferrarte a mi cintura y tu sonrisa entre palabras cuando pedís que me quede un poco más.

Catarsis I

Después de un baño y un encierro lo suficientemente largo en el que no me digné a ver caras desconocidas, me pinté las pestañas, como cada día si pienso pisar una vereda, y salí.
Hablaba con un amigo y le intentaba explicar la sensación que me estaba acechando.
Una sensación de ahogo, quizá de ahí la pesadilla, de tener tanto dentro en el pecho donde están los sentimientos mas profundos (quizá también los más primitivos) arrinconados con otras cosas que hacen mucho ruido y desconcentran.
Salir a la calle, tomarme el café más rico, respirar aire del impuro, ver gente extraña y desconcertante, solitarios y enamorados, es salir al encuentro de algo que estaba buscando posiblemente sin siquiera saber.
Sentarme en una vereda de una avenida con extraños a mi lado, con sus mochillas y sus historias, con sus mentes tan lejanas, tanto como la mía que iba y venia de rostro en rostro intentando descubrir algo, es desde siempre, un hecho único y necesario.
Los minutos a solas en la calle sin hacer nada son peligrosos.
Te hacen sentir indomable, independiente, autosuficiente, simple.
Y cuando retomo el camino a casa, ya con el paso más lento, con la mirada más perdida, y casi siempre húmeda, es cuando esos minutitos que disfrutaste siendo tan autosuficiente, tan solitaria, tan libre, te arrinconan y te dejan apretada entre una ilusión y un miedo.
Y para ser sincera, incluso conmigo misma, yo sé qué es lo que atormenta, lo que me deja de a ratos perdida y me quita el sueño más de la cuenta.
Yo soy una mujer para estar en pareja con mucho amor de por medio, teniendo al amor como causa y consecuencia, como soporte y también como dulce condena.
Así, todo se supera, todo se aliviana en las tormentas, todo tiene una visión del futuro no más realista pero sí más amena.
Aprender a darse a otro, a mimar lo que nadie más siquiera nota, a susurrar dulzuras, a ayudar a cargar el peso del otro, a reír y festejar los asuntos de otra persona como si fueran tus propios logros…
A recordar fechas, horarios, detalles, a aprender a hacer su comida preferida…
Terminar encantada con su música y que sus berrinches ya sean capaz de alegrarme el día.

Es angustia de vacío, de nostalgia, de inquietud provocando ahogo.