Es el cuerpo tan pequeño para tanto sentimiento.
No es intuición, ni pretexto.
Es una balada que fluye dentro.
No es ser presa sin intención,
es convertirse en habitante de lago de leones,
sentir un cosquilleo por imágenes, muchas de tu boca.
Es mi cuerpo con tu nombre, ya perdido al río.
No es “aquí paz y después gloria”
Es vivir con mal de montaña,
un ahogo por tu distancia,
una esperanza por tu dulzura.
Es amarte por deleite.
Ahora y como asignatura pendiente.
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