A veces abro ese cajoncito y veo cómo anda aquél reloj.
Y es increíble ver que nada queda escrito,
que este ir y venir, no es más que un pasado,
que tus miradas puede que no queden guardadas.

Y sin embargo quedarás cerca, tan cerca, casi perturbable.
Yo seguiré andando por estas calles día tras día,
dando los mismos pasitos que dimos juntos,
y ahí va a estar tu perfecta sonrisa para desafiar mi refugio.

Puede que muy pronto cuando yo llegue, vos ya te hayas ido,
dejando tu latido revoloteando a mi lado,
tus manos haciendo presencia siempre en mi cintura,
tu piel muy en mí jugando a corromper mi amparo.

A veces abro ese cajón y veo cómo es que funciona ese reloj.
Cierro los ojos e intento ver si es que de alguna manera te tiene dentro,
si es que en esa cajita cabes todo entero o al menos una partecita tuya,
para que sea mi consuelo cuando te hayas cansado de mi.

No hay comentarios.: