Inventarte es mi urgencia que era suspiro en mis sueños vacíos, y se transformó en una máquina de hilar deseos olvidados en un rincón jamás visto.
Y esa esquina de un seudo hogar que ya casi no recuerdo fue testigo del vuelo vertiginoso del cariño por quién estaba ahí conmigo.
Descubrirte es mi rescate que se quedó más de lo supuesto esperando en la vereda, sin noticias suyas, sin siquiera, noticias mías.
Y es esa vereda, que yo diría que es nueva, me vio envuelta en un suspiro involuntario fugitiva de las penas pasadas.
Insinuarte ocultamente se ha vuelto refugio plagado de ilusiones, y se transformó casi por capricho en fábrica de besos; tropicales y sedosos besos.
Encontrar la línea de tu sonrisa el más lindo juego y es este piso el que tal vez sea testigo de que eras vos mismo mi única urgencia.
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