Si me envaneciera, sería por tus razones,
tu flota de porqués inigualables,
con tendencias curiosas,
y me atrevería decir, hasta maliciosas.
Me pregunto cómo te sentiría si vinieras,
como bocanada de aire fresco,
solamente como un atrayente bosquejo,
o si podrías diluirte en mí
convirtiéndote en el hombre más inolvidable.
Recrimino mi mente y mis ganas,
porque sé que eres aquella peligrosa profesía,
en el que mi descanso se alborota
cuando solo tenga un trozo de tí.
Tan sobrehumano con tus insignias vacías serás,
con tus dosis pequenitas de amor,
con todas tus dudas molestas
y ya sin bocanadas de aire fresco
que me alivien esta maldita tensión.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario