Y así sigue siendo, nadie lo detiene a este juego.
Yo porque temo y tu porque ríes.
Y es que así somos, yo sedienta de dulzura,
tu sediento de aventura.
Y cuanto más soles caigan, en tus sierras y en mi playa,
más costará separar los turnos, repartir las fichas,
maldtas fichas medio perdidas.
Y es esta forma de tratarnos, de querernos, de enlazarnos,
donde yo te ruego, donde tu me mientes,
en la que dejo la poesía porque ya hiere
y tu hablas más bajo, perfecto...
Sin palabra alguna todavía te siento.

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