Qué tan fuerte sopla el viento,
me desordena los pensamientos,
me aumenta las ganas,
y me deja desorientada.
Leí una novela hace tiempo,
cuando el tiempo era tiempo,
y no era prisa ni descontento.
Todo color vainilla era mi tierra,
con sus aromas,
y con sus idas y venidas.
Me recuerda a lo absurdo del día,
esta manía cotidiana,
estas risas contenidas,
tan faltas de palabras.
Vi una historia en la que,
una pequeña de cabello casi ensortijado
se dejaba llevar,
llevar por el día y por la noche por igual.
La luna y el sol eran vainilla,
se han desteñido con el pasar del tiempo,
con el roce del travieso viento,
que me deja, de a momentos, insostenida.
Cadáver exquisito
Un ojo pardo.
Un ser.
Una mente.
Un corazón.
Un cuerpo.
Infinitas dudas.
Ninguna respuesta.
Un cadáver exquisito que tal vez pueda decirme qué sucede.
No sucede nada,
No hay nada que ver, me digo.
Pasan tantas cosas que imagino que existen,
O existen de verdad.
Dímelo tú, que sabes todo.
Que sientes mi pena y produces mis lágrimas.
¿Acaso no eres tu quien supo formar mis sonrisas?.
¿A donde se fueron?
¿Porque huyeron de aquí?
Dime…tantas mentiras,
¿Se hicieron verdad?
¿O acaso tantas verdades forman mentiras?
No entiendo esta historia y no creo que tú sepas de qué hablo.
Un cadáver exquisito propio siempre es más ajeno.
Si tan solo dejara de pensar…
¿Quién me conoce lo suficiente?
Lo suficiente para entender…
¿Existe?
¿Está?
Solo quedan unos ojos pardos.
Un ser.
Una mente.
Un corazón.
Un cuerpo.
Infinitas dudas.
Ninguna respuesta.
Un ser.
Una mente.
Un corazón.
Un cuerpo.
Infinitas dudas.
Ninguna respuesta.
Un cadáver exquisito que tal vez pueda decirme qué sucede.
No sucede nada,
No hay nada que ver, me digo.
Pasan tantas cosas que imagino que existen,
O existen de verdad.
Dímelo tú, que sabes todo.
Que sientes mi pena y produces mis lágrimas.
¿Acaso no eres tu quien supo formar mis sonrisas?.
¿A donde se fueron?
¿Porque huyeron de aquí?
Dime…tantas mentiras,
¿Se hicieron verdad?
¿O acaso tantas verdades forman mentiras?
No entiendo esta historia y no creo que tú sepas de qué hablo.
Un cadáver exquisito propio siempre es más ajeno.
Si tan solo dejara de pensar…
¿Quién me conoce lo suficiente?
Lo suficiente para entender…
¿Existe?
¿Está?
Solo quedan unos ojos pardos.
Un ser.
Una mente.
Un corazón.
Un cuerpo.
Infinitas dudas.
Ninguna respuesta.
Marioneta
De ti y de mí
Y tal vez tú y yo
Nos fundamos en uno,
Uno de esos que cargamos con hilos,
Me sostienen, me amarran.
Marioneta no baila sin viento
Ni ríe sin voz
Su voz se ha ido,
¿En dónde estará?
Se mezcla con colores
Se tiñe de sentimientos
Se llena de humedad
Marioneta de madera
¿Qué edad tendrás?
Que tiene vida a medias
Apenas respira
Y hace que ríe
¿Cómo va a reír si no tiene voz?
Que ironía sería
Que escapara
Que compre unas alas y vaya a volar.
¿Cómo volar si esos hilos la amarran?
Y tal vez tú y yo
Nos fundamos en uno,
Uno de esos que cargamos con hilos,
Me sostienen, me amarran.
Marioneta no baila sin viento
Ni ríe sin voz
Su voz se ha ido,
¿En dónde estará?
Se mezcla con colores
Se tiñe de sentimientos
Se llena de humedad
Marioneta de madera
¿Qué edad tendrás?
Que tiene vida a medias
Apenas respira
Y hace que ríe
¿Cómo va a reír si no tiene voz?
Que ironía sería
Que escapara
Que compre unas alas y vaya a volar.
¿Cómo volar si esos hilos la amarran?
Mis ojos
Que Dios me dio estos ojos,
Para poder descifrar tus sentimientos,
Para que pueda ver en los tuyos
No solo su color
Sino su luz.
Que sé que cuando algo te atormenta
Se te oscurecen
Y cuando recobras la fe
Se tiñen de color café.
No digas que no veo
Pues bien sabes que yo encuentro.
Como encontré el corazón
Con mis ojos te encontré a tí, mi amor.
Para poder descifrar tus sentimientos,
Para que pueda ver en los tuyos
No solo su color
Sino su luz.
Que sé que cuando algo te atormenta
Se te oscurecen
Y cuando recobras la fe
Se tiñen de color café.
No digas que no veo
Pues bien sabes que yo encuentro.
Como encontré el corazón
Con mis ojos te encontré a tí, mi amor.
Mi ventana
Ventana que hoy estás cerrada
Que no me muestras el mundo
O soy yo quien no quiere ver.
Ábrete y dime qué escondes,
Si es que vale la pena...
No vayas a engañarme,
No me tiendas una trampa
Pues sabes cómo soy.
Solo soporto una traición.
Si tan solo hubiese luz...
Sabrías que te miraría
Como cada tarde de agosto
O septiembre, compartiendo del sol.
Que el café sería solo
Una excusa para encontrarte,
Para transportarme gracias a ti
A cualquier otro lugar, a soñar una vez más.
Ya no es lo mismo,
Lo tendría que saber.
Que hoy es hoy y el ayer
Ya no volverá.
A veces, cómo duele aprender.
Me pregunto si haremos las paces
Cuando me veas llorar...
Pues sabes cómo soy
Tú serías mi única salvación.
Que no me muestras el mundo
O soy yo quien no quiere ver.
Ábrete y dime qué escondes,
Si es que vale la pena...
No vayas a engañarme,
No me tiendas una trampa
Pues sabes cómo soy.
Solo soporto una traición.
Si tan solo hubiese luz...
Sabrías que te miraría
Como cada tarde de agosto
O septiembre, compartiendo del sol.
Que el café sería solo
Una excusa para encontrarte,
Para transportarme gracias a ti
A cualquier otro lugar, a soñar una vez más.
Ya no es lo mismo,
Lo tendría que saber.
Que hoy es hoy y el ayer
Ya no volverá.
A veces, cómo duele aprender.
Me pregunto si haremos las paces
Cuando me veas llorar...
Pues sabes cómo soy
Tú serías mi única salvación.
Beso y secreto
Juraría que éramos nosotros.
Tú en disfraz de hombre cazador de miradas
Y yo en muchacha de atuendos exuberantes.
Castillo de piedra y corazones traviesos
Tú y yo, éramos tú y yo.
Pasillo incandescente iluminado con antorchas,
Primer encuentro trivial para otros
Para nosotros el comienzo de una aventura.
Tú y yo, éramos tú y yo.
El segundo fue diferente, furtivo y acordado.
Carta de amor que te mande con mis ojos
Que recibiste sin siquiera pestañear.
El mismo pasillo
Solos tú y yo.
Tuvo que ser secreto
Pactamos que sería escondido,
Prohibido beso que nos dimos que jamás olvidaríamos.
Juraría que éramos tú y yo
Yo solo tuya y tú solo mío
En un lugar inimaginado, enamorándonos.
Tú en disfraz de hombre cazador de miradas
Y yo en muchacha de atuendos exuberantes.
Castillo de piedra y corazones traviesos
Tú y yo, éramos tú y yo.
Pasillo incandescente iluminado con antorchas,
Primer encuentro trivial para otros
Para nosotros el comienzo de una aventura.
Tú y yo, éramos tú y yo.
El segundo fue diferente, furtivo y acordado.
Carta de amor que te mande con mis ojos
Que recibiste sin siquiera pestañear.
El mismo pasillo
Solos tú y yo.
Tuvo que ser secreto
Pactamos que sería escondido,
Prohibido beso que nos dimos que jamás olvidaríamos.
Juraría que éramos tú y yo
Yo solo tuya y tú solo mío
En un lugar inimaginado, enamorándonos.
Con un sueño
Caminó por la orilla del mar,
Sin saber qué pensar,
Sin saber qué sentir.
Sola, sola en su soledad,
Con la austera compañía
Del mar.
Ese mar calmo y sereno,
Lleno de anhelos...
Lleno de amores sin sueños.
Tenía un sueño...
Sé que lo va a hacer realidad.
Sin saber qué pensar,
Sin saber qué sentir.
Sola, sola en su soledad,
Con la austera compañía
Del mar.
Ese mar calmo y sereno,
Lleno de anhelos...
Lleno de amores sin sueños.
Tenía un sueño...
Sé que lo va a hacer realidad.
Merci
Gracias por dejarme contemplarte
y tocarme con música y tus alas.
Gracias por acompañarme en un momento de nostalgia
e incomprensión.
Por mirarte en mi espejo
y oír sentada la belleza de tu arte.
Gracias por revolotear a ras de la tierra en mediodía
de tristeza por escalinatas mojadas de llanto.
Por hacerme comprender mi cabeza desordenada,
por cubrirme del cruel sol con tus alas
sin pedirme absolutamente nada.
¿Quién es el desolado ser que no cree en ángeles vestidos de humanos?
Texto inspirado del poema "Ángel de lluvia" de Carmen María Camacho.
y tocarme con música y tus alas.
Gracias por acompañarme en un momento de nostalgia
e incomprensión.
Por mirarte en mi espejo
y oír sentada la belleza de tu arte.
Gracias por revolotear a ras de la tierra en mediodía
de tristeza por escalinatas mojadas de llanto.
Por hacerme comprender mi cabeza desordenada,
por cubrirme del cruel sol con tus alas
sin pedirme absolutamente nada.
¿Quién es el desolado ser que no cree en ángeles vestidos de humanos?
Texto inspirado del poema "Ángel de lluvia" de Carmen María Camacho.
Recuerdo
Y me enredo en recuerdos de viejos tiempos,
En cuál fue el antes y cuál el después,
En cuál es el origen y cuál el confín.
Recuerdo un cálido abrazo de un "hasta luego"
Una lágrima de un corazón sincero
Un beso de un amigo verdadero.
Recuerdo, lloro, río, siento
Cómo el viento florece anhelos y deseos
aún erosionando singulares sentimientos...
04/03/05
En cuál fue el antes y cuál el después,
En cuál es el origen y cuál el confín.
Recuerdo un cálido abrazo de un "hasta luego"
Una lágrima de un corazón sincero
Un beso de un amigo verdadero.
Recuerdo, lloro, río, siento
Cómo el viento florece anhelos y deseos
aún erosionando singulares sentimientos...
04/03/05
La primera vez que te vi
Fue una sola vez que te vi, la primera vez que te vi.
Vos andabas por esta vida más desatento que hoy, más lejos de mí, muy en tu despistada y atractiva forma de andar de aquí para allá.
Incluso en ese ayer era como si nada, absolutamente nada, te importaba, y yo me confundí. Algo te importaba.
Por alguna razón algunas mujeres caían a tus pies, tal vez por esa misma razón hubiese caído yo por vos en ese momento.
Yo caí luego, por las mismas razones.
Pasaron años, yo oculte entre otros amores, entre mis idas y venidas de historias de hombres con más o menos sentido aquello que despertaba tu forma de ser tan indescifrable.
Sucedió un verano, hace no tanto. Aún recuerdo que esa noche fue increíblemente estrellada y ni una brisa de aire sopló hasta la madrugada.
Admito que jugué con vos, mis ojos jugaron con los tuyos de a ratos sin cansarse intentando conseguir algo de vos.
Lo consiguieron casi por error. Si yo hubiese pensado, me hubiese dado cuenta que había sido un error insinuarte en aquel beso.
Vos no querías. El muchacho al que tiempo atrás le caían mujeres me decía que no.
Tardó dos segundos en cambiar de opinión y devolverme sus besos.
Nos vieron y no nos importaba, a mí no me importaba, vos no te dabas cuenta.
Nos dejaron en la plaza ya de día para que arreglemos nuestros asuntos.
Ninguno de los dos quería nada más del otro, solamente eso que teníamos.
A simple vista todo parecía tan sencillo, no me di cuenta que esto se me iba a complicar. Sé que vos lo dijiste.
Te recuerdo diciendo que no acostado junto a mí mientras yo te decía “te quiero”.
Fue extraño verte los días siguientes, creo que vos no te animabas a verme.
Una tarde nos quedamos solos, y yo no quería mirarte a los ojos porque realmente no sabia que decirte y sólo nos salía discutir por cosas sin sentidos, por piezas de rompecabezas, por sus colores y sus formas.
El tiempo fue pasando así como yo fui dejando esos besos atrás, fui dejando atrás las cosas que nunca me dijiste, e incluso las que hoy me gustaría que me dijeras.
Nos volvimos a encontrar como de costumbre, y el verano fue pasando lentamente con sus cosas.
Entre esas cosas estaban mis historias con hombres con más o menos sentido para mí y vos entre medio.
Siempre terminas siendo el ultimo en saber pero en algún lugarcito estás vos de alguna forma y yo todavía no sé qué significa.
Tuve un sueño una de esas noches de verano en el que vos y yo estábamos juntos y felices. Me levanté entre horrorizada y contenta.
No puedo soñar que soy la novia de mi amigo y levantarme con una sonrisa por eso.
No sólo me levante con una sonrisa, sino que llamé a una amiga, se lo conté y cuando te vi ese día pensé una y mil veces: vos y yo, yo y vos.
Las semanas pasaban, nosotros como siempre. Vos tratándome igual de distante, jamás un cumplido, yo teniéndote en cuenta pero menos cerca que a los demás.
Tenía que ser un pueblo para ser cómplice del mismo error dos veces, o tenía que ser yo la que no se quería dar cuenta?
Estábamos juntos y nos quedamos solos en ese bar. Creo que me quedé a propósito. Te puse a prueba. Vos me ganaste.
Me llenaste de mimos, como jamás habías hecho, como jamás pensé que podrías hacer, me llevaste de la mano.
Yo huí a casa despavorida en cuanto salimos a la luz del día, me sentía una niña.
Al día siguiente yo volaba en una nube, por vos.
Volvimos a hablar de lo sucedido y dijiste que lo considerabas un error, un malentendido.
Yo podría considerar un malentendido lo pasado un año atrás, no la noche anterior donde habías sido tan dulce.
Pretendí tal vez cosas de vos por error. Te puse a prueba y me ganaste pero yo perdí.
Una noche de salida con amigos aposté a que vos apostabas por mí, a que una vez vos te acercabas a mí temprano o te quedabas conmigo mostrando interés.
Terminé jugando con un perro y dando vueltas sola en el bar hasta que otro vino a mostrar su interés. Ahí apareciste, me viste con otro.
Yo me fui de viaje y cuando volvi otra vez salimos, y nos volvimos a quedar solos. Yo quería quedarme con vos. No me di cuenta cuando te vi sino cuando me hiciste falta, vos y tus palabras y tus chistes y tu risa.
La gente me empujaba y yo a vos, sin querer y queriendo. El tiempo pasaba y nosotros lo íbamos corriendo y apartando. Tampoco te querías ir de ese lugar que te parece tan horrible y del que no hacés otra cosa que criticar. No sé cómo pero me animé y te di un beso en la mejilla. Y así fue pasando despacito.
“Vos no me querés” me dijiste.
Puedo no saber muchas cosas, pero sé que te quiero. No sé qué otros sentimientos y sensaciones lleva consigo este “te quiero”. No sé cómo te quiero, pero sé que es mucho y va a ser por mucho tiempo.
Sé que podemos hablar y entendernos con la mirada, que me hacés reír sin parar, que compartimos gustos y que admiro cientos de características tuyas, detesto un par también, aunque no estoy segura si te las cambiaría.
Es el día de hoy que no sé si hay algo que te guste de mí, nunca me lo dijiste.
No sé nada más que eso, fue la primera vez que te vi.
Vos andabas por esta vida más desatento que hoy, más lejos de mí, muy en tu despistada y atractiva forma de andar de aquí para allá.
Incluso en ese ayer era como si nada, absolutamente nada, te importaba, y yo me confundí. Algo te importaba.
Por alguna razón algunas mujeres caían a tus pies, tal vez por esa misma razón hubiese caído yo por vos en ese momento.
Yo caí luego, por las mismas razones.
Pasaron años, yo oculte entre otros amores, entre mis idas y venidas de historias de hombres con más o menos sentido aquello que despertaba tu forma de ser tan indescifrable.
Sucedió un verano, hace no tanto. Aún recuerdo que esa noche fue increíblemente estrellada y ni una brisa de aire sopló hasta la madrugada.
Admito que jugué con vos, mis ojos jugaron con los tuyos de a ratos sin cansarse intentando conseguir algo de vos.
Lo consiguieron casi por error. Si yo hubiese pensado, me hubiese dado cuenta que había sido un error insinuarte en aquel beso.
Vos no querías. El muchacho al que tiempo atrás le caían mujeres me decía que no.
Tardó dos segundos en cambiar de opinión y devolverme sus besos.
Nos vieron y no nos importaba, a mí no me importaba, vos no te dabas cuenta.
Nos dejaron en la plaza ya de día para que arreglemos nuestros asuntos.
Ninguno de los dos quería nada más del otro, solamente eso que teníamos.
A simple vista todo parecía tan sencillo, no me di cuenta que esto se me iba a complicar. Sé que vos lo dijiste.
Te recuerdo diciendo que no acostado junto a mí mientras yo te decía “te quiero”.
Fue extraño verte los días siguientes, creo que vos no te animabas a verme.
Una tarde nos quedamos solos, y yo no quería mirarte a los ojos porque realmente no sabia que decirte y sólo nos salía discutir por cosas sin sentidos, por piezas de rompecabezas, por sus colores y sus formas.
El tiempo fue pasando así como yo fui dejando esos besos atrás, fui dejando atrás las cosas que nunca me dijiste, e incluso las que hoy me gustaría que me dijeras.
Nos volvimos a encontrar como de costumbre, y el verano fue pasando lentamente con sus cosas.
Entre esas cosas estaban mis historias con hombres con más o menos sentido para mí y vos entre medio.
Siempre terminas siendo el ultimo en saber pero en algún lugarcito estás vos de alguna forma y yo todavía no sé qué significa.
Tuve un sueño una de esas noches de verano en el que vos y yo estábamos juntos y felices. Me levanté entre horrorizada y contenta.
No puedo soñar que soy la novia de mi amigo y levantarme con una sonrisa por eso.
No sólo me levante con una sonrisa, sino que llamé a una amiga, se lo conté y cuando te vi ese día pensé una y mil veces: vos y yo, yo y vos.
Las semanas pasaban, nosotros como siempre. Vos tratándome igual de distante, jamás un cumplido, yo teniéndote en cuenta pero menos cerca que a los demás.
Tenía que ser un pueblo para ser cómplice del mismo error dos veces, o tenía que ser yo la que no se quería dar cuenta?
Estábamos juntos y nos quedamos solos en ese bar. Creo que me quedé a propósito. Te puse a prueba. Vos me ganaste.
Me llenaste de mimos, como jamás habías hecho, como jamás pensé que podrías hacer, me llevaste de la mano.
Yo huí a casa despavorida en cuanto salimos a la luz del día, me sentía una niña.
Al día siguiente yo volaba en una nube, por vos.
Volvimos a hablar de lo sucedido y dijiste que lo considerabas un error, un malentendido.
Yo podría considerar un malentendido lo pasado un año atrás, no la noche anterior donde habías sido tan dulce.
Pretendí tal vez cosas de vos por error. Te puse a prueba y me ganaste pero yo perdí.
Una noche de salida con amigos aposté a que vos apostabas por mí, a que una vez vos te acercabas a mí temprano o te quedabas conmigo mostrando interés.
Terminé jugando con un perro y dando vueltas sola en el bar hasta que otro vino a mostrar su interés. Ahí apareciste, me viste con otro.
Yo me fui de viaje y cuando volvi otra vez salimos, y nos volvimos a quedar solos. Yo quería quedarme con vos. No me di cuenta cuando te vi sino cuando me hiciste falta, vos y tus palabras y tus chistes y tu risa.
La gente me empujaba y yo a vos, sin querer y queriendo. El tiempo pasaba y nosotros lo íbamos corriendo y apartando. Tampoco te querías ir de ese lugar que te parece tan horrible y del que no hacés otra cosa que criticar. No sé cómo pero me animé y te di un beso en la mejilla. Y así fue pasando despacito.
“Vos no me querés” me dijiste.
Puedo no saber muchas cosas, pero sé que te quiero. No sé qué otros sentimientos y sensaciones lleva consigo este “te quiero”. No sé cómo te quiero, pero sé que es mucho y va a ser por mucho tiempo.
Sé que podemos hablar y entendernos con la mirada, que me hacés reír sin parar, que compartimos gustos y que admiro cientos de características tuyas, detesto un par también, aunque no estoy segura si te las cambiaría.
Es el día de hoy que no sé si hay algo que te guste de mí, nunca me lo dijiste.
No sé nada más que eso, fue la primera vez que te vi.
Collage de letras
(Trozos de canciones que de alguna manera me recuerdan esto que no sé qué es)
Busco remedio para este dolor
Me han herido y tal vez fuiste tú...
Somos como el tiempo perdido,
como palabras dichas al oído de nadie.
Tengo una mala noticia, no fue de casualidad.
Como vi que eras sincero en tus ojos me perdí.
Yo quería que nos pasara y tú lo dejaste pasar.
De repente tengo el corazón vencido por tu ausencia,
y de repente veo que vuelves tus ojos hacia mí.
Mis lágrimas son charquitos que caen a mis pies.
No cometas el crimen varón si no vas a cumplir la condena.
Por eso jura que no tienes miedo,
que no es una locura repetir te quiero.
Yo tengo un corazón que quiere hundir mi cuerpo
en los mares de ilusión.
Tiemblo de nervios de pensar que pudiera tocar tu alma.
Razón y piel, difícil mezcla,
No me niegues que me buscaste.
Me acostumbre a sufrir y a no cambiarte por ninguno.
El mundo parece distinto cuando no estás junto a mí.
Y todo por no hacerme un poco de caso,
Préstame tu boca.
Pedazo de cielo abrázame fuerte.
Ten miedo de mayo y ten miedo de mi.
Estamos solos otra vez, o siempre, como en el principio.
Resguárdame del viento en una esquinita de tu piel.
Busco remedio para este dolor
Me han herido y tal vez fuiste tú...
Somos como el tiempo perdido,
como palabras dichas al oído de nadie.
Tengo una mala noticia, no fue de casualidad.
Como vi que eras sincero en tus ojos me perdí.
Yo quería que nos pasara y tú lo dejaste pasar.
De repente tengo el corazón vencido por tu ausencia,
y de repente veo que vuelves tus ojos hacia mí.
Mis lágrimas son charquitos que caen a mis pies.
No cometas el crimen varón si no vas a cumplir la condena.
Por eso jura que no tienes miedo,
que no es una locura repetir te quiero.
Yo tengo un corazón que quiere hundir mi cuerpo
en los mares de ilusión.
Tiemblo de nervios de pensar que pudiera tocar tu alma.
Razón y piel, difícil mezcla,
No me niegues que me buscaste.
Me acostumbre a sufrir y a no cambiarte por ninguno.
El mundo parece distinto cuando no estás junto a mí.
Y todo por no hacerme un poco de caso,
Préstame tu boca.
Pedazo de cielo abrázame fuerte.
Ten miedo de mayo y ten miedo de mi.
Estamos solos otra vez, o siempre, como en el principio.
Resguárdame del viento en una esquinita de tu piel.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)