Otra vez estoy cómo no debiera.
Me he metido solita en este lío, pero fue por tu culpa y la mía de ser tan atenta.
Yo con mi vicio de querer encontrar eso que vengo buscando desde más al sur, sin éxito, me hizo desplomar.
Otra vez me encuentro en una calamidad.
Vos, sin querer, quiero creer, me lesionaste de un golpe y profundo justo dónde más duele.
Apareciste tan atractivo, cautivador por sobre todo sos, y para seguir sumando y procurar que el hechizo no se echara a perder, sos todo lo que yo más al sur no encontré.
La manzana perfecta para esta Blancanieves sos vos.
Y quisiera blasfemar y maldecir gritando a los cuatro vientos, a cada continente y no sé exactamente qué.
Herís, hacés daño porque no estás conmigo, eso de perjudicial tenés.
Me sonreís, me hablás, me mirás, me encantás, me hacés soñar. Eso de sanador tenés también.
Y yo sigo errante caminando sola y sin rumbo donándote cada sueño, pensamiento y latido, para nada.
Despilfarro energía, la que me queda de esta maldita subsistencia y la que fabrico cuando te veo.
Yo no nací para piratear corazones y mucho menos, el tuyo.
Dónde late el mío ahora?
Se me va de paseo sin permiso y lo encuentro al estúpido mendigándote atención.
Tampoco nací para eso.
Si tengo que competir en esta enfermiza rivalidad no lo pensaría dos veces.
El solo hecho de pensar que hay una posibilidad que exista brebaje a mi favor suena increíblemente tentador.
Yo podría ganarte y vos me consentirías porque este sentimiento sería mutuo.
Me querrías tanto como yo te quiero a vos.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario