Me alerta cada sonido profundo
de tu respiración en mi rostro,
como si estuviera por ir a batalla.
Me desgarra ese aire con tu perfume,
porque sé que nace en ti,
que es únicamente tuyo
y que compartes con alguien que no soy yo.
Imagino que podría distinguir
los latidos de tu corazón en una multitud
tal vez porque sueño que intentan unirse con los míos,
pero no lo hacen, ni ahora ni antes.
Qué desaire siento al no tenerlos,
ni a tus latidos, ni tus miradas
ni tus manos, ni tus besos
nada de ti mismo para mí,
ni solamente ni compartido.
Y si vinieran de a trozos cuando se cansen
armarían un nuevo tú,
un tú con tu hermoso mismo encanto,
que me alerte por querer besarme,
o más bien el deseo que puedas tener
de rasgarme el vestido,
y que en ese momento sea yo
la que no te comparta con nadie,
ni siquiera tu aire, ni tus manos.
Entre paredes nos oímos,
Nos inventamos sin aturdirnos,
Nos dibujamos entre susurros
Entre llantos desconocidos.
Entre ambas puertas
Nos hemos atrevido a observarnos
Con total inocencia,
Con plena cautela.
Entre tus horarios y los míos
Nos hicimos menos desconocidos
Con solo saber que eras tú
Quien pasa frente a mi puerta cada día.
Nos inventamos sin aturdirnos,
Nos dibujamos entre susurros
Entre llantos desconocidos.
Entre ambas puertas
Nos hemos atrevido a observarnos
Con total inocencia,
Con plena cautela.
Entre tus horarios y los míos
Nos hicimos menos desconocidos
Con solo saber que eras tú
Quien pasa frente a mi puerta cada día.
Tu nombre
Tu nombre lo es todo
Porque así te encontraría,
Y no solo te hallaría en tí mismo
Sino conmigo, queriéndome.
Y eso es lo que quiero creer,
Que tu nombre es de buen hombre,
Y que tú lo reflejas cada minuto
Cuando me obligas a que me quiera.
Pero bien sabes,
Que no hay mejor forma de quererme,
Que queriéndote.
Porque así te encontraría,
Y no solo te hallaría en tí mismo
Sino conmigo, queriéndome.
Y eso es lo que quiero creer,
Que tu nombre es de buen hombre,
Y que tú lo reflejas cada minuto
Cuando me obligas a que me quiera.
Pero bien sabes,
Que no hay mejor forma de quererme,
Que queriéndote.
Tus brillosos ojos oscuros
Maldigo el brillo de tus ojos,
que jamás se atreven a ser irrisorios,
que no se lanzan a significar nada,
a ser vacíos, a parecerme ajenos.
Entonces, pienso que serán astutos conmigo
hasta cansarse,
hasta manipularme por completo.
Tal vez quieran esos ojos tuyos apearme sin aviso,
Y me veré obligada, con pesar y miedo, a esgrimir contra ti
cual enemigo sediento de violencia.
Me atrevo a advertirte, ojos de extrema dulzura,
que si juegas con los míos, no serán como otros que hayas conocido,
ni furtivos ni manifiestos.
Y cuando piensen, insensatos,
qué no caerán en este torbellino a causa de los míos,
Lo harán sin autodominio.
Creerán que se ha llevado el viento aquel yelmo
Y que están desamparados frente a mí.
Querrán huir y tenerme más cerca al mismo tiempo,
Como hacen los míos cada día con los tuyos,
Brillosos ojos oscuros.
que jamás se atreven a ser irrisorios,
que no se lanzan a significar nada,
a ser vacíos, a parecerme ajenos.
Entonces, pienso que serán astutos conmigo
hasta cansarse,
hasta manipularme por completo.
Tal vez quieran esos ojos tuyos apearme sin aviso,
Y me veré obligada, con pesar y miedo, a esgrimir contra ti
cual enemigo sediento de violencia.
Me atrevo a advertirte, ojos de extrema dulzura,
que si juegas con los míos, no serán como otros que hayas conocido,
ni furtivos ni manifiestos.
Y cuando piensen, insensatos,
qué no caerán en este torbellino a causa de los míos,
Lo harán sin autodominio.
Creerán que se ha llevado el viento aquel yelmo
Y que están desamparados frente a mí.
Querrán huir y tenerme más cerca al mismo tiempo,
Como hacen los míos cada día con los tuyos,
Brillosos ojos oscuros.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)