Dejar el paso franco

Permanecer en silencio,
pasearte por mis pensamientos,
llenarme de obstáculos
y volverte susurro.

Eres tan habilidoso
que tu mero nombre
trafica mis anhelos,
combate mis cegueras,
alimenta la ilusión.

Es la espesura del tiempo,
del tiempo que no estás,
ni cerca,
ni en mis ojos,
ni mirándome desde un rincón,
que se transforma en un horizonte inaccesible.

Permanecer en tus manos radiantes,
seguirte el paso ineptamente
fue el cansancio más ardiente.

Llegará el momento del ajetreo
en el que vendrás conmigo
a derretir este glacial y
fundirnos en el fulgor de estos besos que nunca fueron.